Vive lo que tú quieras
Es muy sencillo caer en la trampa de creer que las demás personas son más afortunadas que nosotros.
A veces, al observar desde fuera las vidas de quienes nos rodean, podemos pensar que sus caminos son más fáciles, que tienen más oportunidades o que, de alguna manera, todo parece fluir mejor para ellos.
Esta creencia es una salida fácil, una forma de evitar hacer frente a las realidades que hemos construido en nuestras propias vidas.
Sin embargo, al pensar de esa manera, no solo nos restamos poder, sino que también nos desconectamos de una verdad fundamental: tú puedes vivir lo que quieras.
La vida es una creación constante
Una de las primeras cosas que necesitamos entender es que la vida que vivimos no es algo que simplemente nos sucede.
Es algo que creamos con cada decisión, con cada pensamiento y con cada emoción que elegimos.
Si bien es cierto que hay factores externos que escapan a nuestro control, siempre tenemos el poder de elegir cómo respondemos a ellos, qué significado les damos y, lo más importante, cómo queremos vivir nuestras experiencias.
El primer paso para liberarte de la comparación y la sensación de que otros tienen «más suerte» que tú es reconocer tu poder de elección.
Aunque no siempre lo parezca, en cada momento de nuestras vidas estamos eligiendo, ya sea de manera consciente o inconsciente.
Elegimos cómo nos sentimos ante las circunstancias, cómo interpretamos los eventos y qué actitudes adoptamos frente a lo que ocurre a nuestro alrededor.
Cuando comprendes esto, te das cuenta de que tienes mucho más control sobre tu vida de lo que habías pensado.
Abrir la mente a la diversidad de caminos
Abre tu mente a la idea de que todos estamos viviendo vidas distintas.
Ninguna vida es mejor o peor que otra, solo diferente.
Cada persona tiene sus propios retos, sus propios aprendizajes y su propio ritmo.
El hecho de que alguien más esté viviendo algo que tú deseas no significa que sea más afortunado; simplemente está transitando un camino distinto al tuyo.
Todos estamos aquí para experimentar diferentes aspectos de la vida, y lo que vemos en los demás es solo una pequeña parte de esa diversidad.
En lugar de ver las vidas ajenas como comparaciones, úsalas como recordatorios de las infinitas posibilidades que existen.
Si alguien ha logrado algo que tú deseas, en lugar de sentir envidia o pensar que esa oportunidad no está disponible para ti, recuérdate que tú también puedes crear tu propia versión de lo que ellos han conseguido.
No es una cuestión de suerte, sino de abrirte a la posibilidad de vivir lo que realmente quieres y tomar acción hacia ello.
Elegimos todos los días qué vivir
Cada día es una nueva oportunidad para elegir cómo queremos vivir.
Desde el momento en que abrimos los ojos por la mañana, comenzamos a tomar decisiones, muchas veces sin darnos cuenta de la magnitud de su impacto.
Elegimos cómo empezar el día: con gratitud o con quejas.
Elegimos cómo interpretamos los retos que se nos presentan: como obstáculos o como oportunidades.
Elegimos nuestras emociones y, en última instancia, nuestras emociones definen la calidad de nuestra experiencia.
Es fácil creer que nuestras emociones dependen de lo que nos sucede, pero en realidad, nosotros decidimos con qué emociones impregnamos nuestras experiencias.
Frente a una misma situación, dos personas pueden reaccionar de manera completamente diferente: una puede sentirse frustrada y la otra puede verlo como un reto emocionante.
Esta diferencia no está en la situación en sí, sino en la elección emocional que cada persona hace.
Lo que determina nuestra vida no es lo que nos pasa, sino cómo elegimos sentirnos y qué perspectiva tomamos ante lo que ocurre.
El poder de elegir cómo nos sentimos
Aquí está la clave de todo: podemos elegir nuestras emociones.
No siempre podemos cambiar las circunstancias externas, pero siempre podemos elegir cómo nos sentimos al respecto.
Esto no significa ignorar o reprimir emociones negativas cuando surgen, sino aceptarlas, comprenderlas y luego elegir conscientemente no quedarnos atrapados en ellas.
Cada vez que elijas cómo te sientes en una situación, estás moldeando tu vida.
Si eliges ver el amor en lugar del miedo, si eliges ver el aprendizaje en lugar del fracaso, si eliges la gratitud en lugar de la queja, estás creando una vida que refleja esas elecciones.
Al principio puede parecer difícil cambiar nuestros patrones emocionales, pero cuanto más practiquemos la elección consciente de nuestras emociones, más fácil se volverá.
Tu vida es tu responsabilidad
Asumir la responsabilidad completa de nuestra vida puede ser un desafío, pero también es liberador.
Significa reconocer que lo que vivimos no es resultado de la suerte o de lo que otros hacen o no hacen, sino de nuestras propias elecciones.
Esta responsabilidad nos otorga un inmenso poder, porque si nosotros creamos nuestra realidad a través de nuestras elecciones, también podemos transformarla cuando lo deseemos.
No eres una víctima de las circunstancias, ni estás atrapado en una vida que no puedes cambiar.
Tienes el poder de elegir qué vida quieres vivir.
Puedes empezar hoy mismo a alinear tus pensamientos, tus emociones y tus acciones con lo que realmente deseas experimentar. Al tomar conciencia de este poder, te conviertes en el creador activo de tu realidad, y dejas de lado la idea de que la vida es algo que simplemente te ocurre.
Elige vivir conscientemente
Cada día es una nueva oportunidad para vivir conscientemente.
En lugar de reaccionar automáticamente a lo que sucede, tómate un momento para elegir cómo quieres responder.
¿Quieres vivir con más alegría, con más paz, con más amor?
Si es así, empieza a hacer esas elecciones hoy mismo.
No esperes a que las circunstancias cambien para ser feliz; elige ser feliz ahora, en medio de cualquier situación que estés viviendo.
Vive lo que tú quieras, porque tienes el poder de hacerlo.
Las personas que parecen más afortunadas simplemente han hecho elecciones diferentes, y tú puedes hacer lo mismo.
Al abrir tu mente a esta posibilidad, te liberas de las limitaciones autoimpuestas y comienzas a crear una vida que realmente refleje quién eres y lo que deseas.
Tú eliges tu realidad
La vida que vives es, en gran parte, un reflejo de las decisiones que tomas todos los días.
Elegir vivir lo que tú quieres implica tomar responsabilidad por esas elecciones y ser consciente del poder que tienes para crear tu realidad.
No se trata de compararte con los demás o de desear lo que tienen, sino de reconocer tu capacidad de crear la vida que deseas.
Al elegir conscientemente tus pensamientos, tus emociones y tus acciones, te alineas con tu verdadero potencial y comienzas a vivir la vida que siempre has querido.
Te deseo siempre lo mejor.